En tiempos de crisis y de incertidumbre es muy fácil perder el control de nuestras emociones, preocuparnos demasiado, llenarnos de temor, de ira, deprimirnos, sentir que nada vale la pena, que nada va a cambiar y que si lo hace será para empeorar.
1.
Modérate: Tanto en tus comentarios como en la
manera en la que te informas. Dosifica el consumo de información en redes
sociales y medios de comunicación. Haz tu propia opinión de las cosas,
infórmate bien, consulta fuentes confiables y medios serios que contrastan y
verifican los datos.
2.
Se consciente: De tus emociones y sentimientos.
Es válido sentir tristeza, ganas de llorar, de gritar, de estar en silencio.
Evalúa porqué te estás sintiendo así y siempre trata de enfocar tus energías
hacia algo positivo.
3.
Exprésate: No te guardes las cosas, sobre todo
si eso que tienes sin liberar te hace daño. Cuando verbalizas las emociones
negativas le quitas el poder que tienen sobre ti y que te oprime, haciéndote
sentir triste y sin propósito en la vida.
4.
Se solidario: Puede ser con tu vecino, con un
familiar, con un amigo o con un extraño que pasa a tu lado por la calle. La
solidaridad puede expresarse de muchas maneras. No todo se trata de dinero.
Puedes compartir tu tiempo, ayudar a un amigo con su proyecto de trabajo o a tu
hijo con sus tareas.
5. Mantén una rutina saludable: Tener una agenda con tareas diarias por cumplir te ayuda a enfocar tus energías y sentirte productivo para ti y para los demás. Tu agenda puede incluir:
- Tener un ritual diario de limpieza
- Hacer ejercicio
- Llamar a tus papás o a tus abuelos para saber cómo están
- Pasar tiempo de calidad con tu mascota
- Reunirte con tus compañeros para sacar adelante el proyecto del mes en el trabajo o en el estudio
- Comer disfrutando cada bocado
- Distraerte con algún podcast o serie de televisión
- Leer mínimo media hora
- Meditar
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